-Pero hay un problema -dijo Ricky Martin-: hay infinitos universos, y es prácticamente imposible dar con los peligrosos Teletubbies y luego volver a este planeta.
Bécquer meditó un momento, en busca de soluciones a este problema.
Bécquer Pues no sé qué podemos hacer,
pero podríamos buscar a Michael Jackson
y preguntarle cómo funciona el túnel a él.
-Michael Jackson está muerto -dijo Ricky Martin.
Bécquer Podríamos viajar al pasado,
y así, de paso,
su muerte le habríamos comunicado.
-¿¡Que le digamos que va a morir!?; ¡eso podría alterar el presente y el futuro! -exclamó Ricky Martin, alarmado por la idea de Bécquer.
Bécquer Si alteramos el presente, será mejor;
con Michael Jackson vivo
se podría evitar un problema mayor.
Ricky Martin pensó en ello un instante.
-Mira, a tomar por saco. Si cambiamos el presente, mejor, que estoy harto de mi vecino, que tiene más artistas registrados en su Pokédex que yo.
Bécquer No se hable más, partamos,
y, si intentan golpearnos,
nos defenderemos como espartanos.
-Igual podrías dejar de hacer rimas alguna vez y hablar como una persona normal.
Bécquer No puedo, te lo juro,
me he quedado enganchado;
esto es como un conjuro.
-Venga, partamos -dijo Ricky, con tono cansado.
Bécquer Venga, vámonos.
Sé que encontraremos aventuras;
si no es una, serán dos.
Ricky Martin, harto de que Bécquer respondiera tanto, le espetó:
-¿¡Siempre tienes que tener la última palabra!?
Bécquer No.
Sí.
A lo mejor.
Ricky Martin se puso las manos en la cabeza y, sin mediar palabra, hizo que Bécquer y él mismo se teletransportaran al pasado.
***
Cuando llegaron al pasado, se quedaron maravillados. Todo era tan llano allí, el ambiente era tan limpio, el Sol se veía de una forma tan perfecta... Pero no había árboles. Ninguno. Y el suelo era de arena, arena ardiente que quemaba y abrasaba a todo animal que la pisaba.
Algo no encajaba.
Ah, sí, había unas pirámides que estaban siendo construidas.
Bécquer Pero ¿qué hacemos en el antiguo Egipto?,
si no estábamos allí antes, ¿no?
¿Acaso te has equivocado, tío listo?
Ricky Martin se rió.
-Bienvenido al antiguo Egipto, amigo mío. Olvida lo que te dijeron de todos los faraones esos, ya que todo es mentira.
Bécquer ¿Que todo es mentira?
Yo ya no sé lo que es o no,
pero ya sospecho de cualquier persona que me mira.
Ricky subió a un pequeño montículo de arena y piedras y le reveló la verdad a Bécquer, emocionado.
-¡Toda la dinastía de faraones egipcios fue...! -se pausó, se giró y miró a Bécquer- de los Jackson.
Ricky bajó de aquel lugar y se puso a caminar de un lado para otro, siempre girando alrededor de Bécquer, todavía sumido en la emoción.
-¡Ramsés II, Tutankamón...! Todos, todos eran Jackson.
Bécquer se sobresaltó por el ímpetu con el que Ricky decía las cosas.
-¡Michael Jackson I, Michael Jackson II! -bajó la voz, la ralentizó y se encogió un poco-. Tercero, cuarto, quinto... ¡Todos Jackson, desde el primero hasta el último!
Bécquer ¿Por qué nos lo han ocultado?
Pero si Michael Jackson es bueno, ¿no?,
si no es malo.
Ricky Martin, poniendo cara y pose de cualquier modelo de cualquier anuncio de colonias, dijo, con voz grave:
-Ese... es un misterio que hay que resolver.
Bécquer, que comenzaba a pensar que Ricky era tan tonto que no se podía remediar ni tirándole una maceta a la cabeza, le cortó el rollo.
Bécquer Cállate ya, pavo.
Bueno, no, habla,
pero di de una vez adónde vamos.
Ricky Martin miró a Bécquer porque le había pillado: se le había olvidado cuál era el sitio al que tenían que ir. Para hacer tiempo mientras pensaba, Ricky cambió de tema:
-Igual deberías cambiarte de traje, ¿no crees? Supongo que sería raro para los antiguos egipcios ver a un hombre vestido con papeles gigantes.
Bécquer Es una gran idea,
pero dime: con este desierto,
un traje, ¿cómo se crea?
-Todo a su debido tiempo -le concluyó Ricky.
De repente, se hizo el silencio en el desierto. Por el contrario, el maestro espiritual encontró una respuesta para la primera pregunta de Bécquer y le comentó lo siguiente:
-A ver, estamos en el siglo XXXI antes de Cristo. La dinastía Michael Jackson accedió al poder hace un siglo, lo que me hace creer que ha habido cinco generaciones de Jacksons hasta hoy. Vale, vale. Entonces, hasta llegar a nuestro anterior presente habrían pasado 52 siglos. Cincuenta y dos siglos, con cinco generaciones cada uno de media, hacen un total de 260 generaciones de Jacksons; con las cinco ya mencionadas, 265. Bien, pues tenemos que dar con el faraón Michael Jackson V, preguntarle cómo funciona el "túnel Thriller" y dejarle un pergamino, con la responsabilidad de pasarlo de generación en generación para avisar de la muerte de la dinastía Jackson a Michael Jackson CCLXV y, de este modo, evitarla.
Bécquer, que había escuchado su discurso en silencio, se quedó perplejo.
Bécquer Pero ¿ellos construyeron el túnel?
Es decir...
-El "túnel Thriller" fue construido por Michael Jackson I -le interrumpió Ricky-, con la ayuda del extraterrestre Willy Rockefeller, para mantener a todos los universos en contacto. El baile de "Thriller" fue creado por este faraón como codigo para abrir y cerrar la puerta del túnel cuando él quisiera, pero Michael Jackson CCLXV lo hizo público sin querer cuando la prensa lo pilló desnudo, haciendo cócteles en un seto de una calle de Nueva York, como gesto para que la prensa le restara importancia al hecho. El baile acabó haciéndose muy famoso y, en el presente del que hemos venido, todo el mundo lo baila, por lo que últimamente llegan cada vez seres más extraños a la Tierra -Ricky se pausó un momento para tomar aliento-. Por cierto, Willy es un explorador de universos. En nuestro presente, Willy se ha instalado en la Tierra definitivamente, en busca de nuevas sensaciones.
Cuando Ricky Martin paró de darle la lata a Bécquer, se dio cuenta de que el poetiano estaba muy enfadado.
-¿Qué te pasa? -preguntó Ricky, un poco asustado.
Bécquer ¡¡¡QUE ME HAS INTERRUMPIDO!!!
¡¡¡NADIE ME INTERRUMPE CUANDO HABLO
PORQUE, SI NO... SI NO!!!
¡Mira!, por tu culpa no se me ocurren rimas,
¡¡¡porque me has cabreado!!!
Vete antes de que te cruce la cara,
¡¡¡que me vuelvo loco y te parto la vida!!!
-Te ha salido una asonante.
Bécquer ¿Ah, sí?
No me he dado cuenta;
vamos, que no lo vi.
-Pues sí, sí.
Los dos se miraron en silencio, Bécquer enfadado y Ricky amedrentado.
-Continuará-.
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